13.9.15

Ser o no ser

Cuando me he expresado a favor del FPV me han tildado de kirchnerista.
Los anti más férreos muchas veces descalifican al ver que otro no comparte su opinión, El agravio es hoy moneda corriente, desde menospreciar hasta insultar, parece que todo vale en el juego de vapulear.
El odio supera a la razón y las palabras más duras tratan de denostar al que apoya o simpatiza con el gobierno nacional.
Hay unos pocos recursos para ofender; palabras soeces, acusar al otro de ignorante o creer que lo opinión tiene precio (que las ideas están en venta o son subvencionadas). 
Parecen no concebir que se pueda coincidir con la política que lleva a cabo la presidenta. Y no es que esté 100% de acuerdo, que defienda su mandato a ultranza, sí creo que es el mejor de los últimos años y que no hay un candidato que pueda alcanzarla (ni hablemos de superarla).
Destaco el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner porque rescató al país del abismo al que caímos en el 2001, porque no siguió las recetas del FMI,  porque  llevó junto a su esposo un proceso de desendeudamiento y sobre todo porque brega por la soberanía argentina (basta recordar el caso de la Fragata Libertad, todo un emblema).
Porque no baja la cabeza, aunque con ello le vaya el título de soberbia; porque no se dejó doblegar por los buitres extranjeros y nacionales, porque recurre al diálogo y valora la paz y la defensa de la República.
No me importa que se lo designe gobierno populista, ¿después de todo, a quién debe servir un gobierno si no es a su pueblo?
Me gusta que haya tomado medidas para incentivar el consumo, que todos podamos acceder a mayor cantidad de bienes y servicios.
Si miramos con egoísmo creo que deberíamos evaluar nuestra propia posición, ¿cómo vivimos los 90 y dónde estábamos en la debacle del 2001?
Se hizo mucho desde recuperar empresas estatales y mejorar sus prestaciones hasta brindarle a nuestros viejos la posibilidad de jubilarse.
Sumado a eso la repatriación de científicos, el impulso a la educación y a la tecnología más la apertura de parques industriales y la creación  de cooperativas.
Tuvo mucha creatividad a la hora de impulsar la economía con medidas que posibilitan comprar en cuotas fijas, convenir precios algo razonables y dar la oportunidad de conseguir la casa propia.
También se recuperaron en esta década empresas de bandera argentina y se invirtió en su modernización.
Admiro sus discursos que a muchos les pueden resultar pesados pero que a mí me gustan cada día más, es brillante en su elocuencia (van a pasar muchos años antes de encontrar a alguien similar), más que presidenta es estadista y sin duda hace historia. Quedará como la más querida y también la más odiada pero nunca resultará indiferente.
Hasta ahora, por lo expresado, se puede decir que soy Cristinista y tal vez un poco sí, debo reconocerlo.
Sin embargo, como dije al comienzo de este post, no adhiero totalmente a su mandato, creo que hay cosas para reveer y ajustar.
No  estuve ni estoy de acuerdo con el cepo al dólar (aunque tampoco sé de economía) pero creo que eso dio nuevamente lugar al mercado negro. Lamentablemente no se consiguió valorar el peso y despuntar con la moneda propia.
No creo que el sueldo sea ganancia que amerite pagar impuestos. Me parece que los que más tienen son los que deben contribuir y sin embargo también son los que tienen mayor posibilidad de evasión.
Los empleados en blanco pagan ganancias pero muchos otros obtienen mayores ingresos, no declarados, que obviamente no tributan.
Y como no hablar de los empresarios que fugan capitales o los que tienen la posibilidad de transferir ganancias al exterior en forma legal.
No hay un límite al remarcamiento de precios y hay abuso de los mismos. El productor se lleva un porcentaje pequeño y en la cadena de distribución los valores crecen en forma desmedida.
Hay restricciones a las compras en el exterior para supuestamente protejer la industria nacional. Sin embargo, hay muchos productos  importados a la venta en locales y shoppings  cuyo precio fue varias veces remarcado, Ahí el que lleva las de perder es el consumidor.
A diario vemos casos de corrupción que lo único que hacen es indignarnos pero que no tienen una definición satisfactoria porque no se ha podido encauzar la Justicia.
Sin duda hay libertad de expresión  a tal punto que algunos la aprovechan para mentir e injuriar. Y algunos medios  de información pasan a operar y desinformar.
También hay derecho a manifestarse y marchar pero no queda claro que el derecho de unos termina donde comienza el derecho de los demás. 
Por último quiero decir que apruebo muchas medidas y discrepo en varias otras, que no soy kirchnerista y menos anti K. Que aprecio la buena obra del gobierno pero no comulgo con todo el proyecto. Y que aún en la discrepancia siento que no hay una mejor opción.



 





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